Cada vez son más las inversiones de empresas que llegan a instalarse en México, en su mayoría de origen en Estados Unidos, que han encontrado en la zona noreste del territorio nacional las condiciones necesarias para sus operaciones: espacios industriales, mano de obra competitiva, proveeduría calificada, conectividad, transporte y una amplia oferta de servicios logísticos.
Las estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) son ampliamente prósperas para el país latinoamericano. El organismo multilateral ha estimado que México podría sumar al menos 35 mil millones de dólares (mdd) en materia de exportaciones, gracias a la relocalización de empresas y sus líneas de producción (tendencia del nearshoring).
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