Las empresas de Norteamérica, que se enfrentan a problemas para contratar trabajadores en el mercado laboral más ajustado de las últimas décadas, incorporaron el año pasado más robots que nunca a su producción, muchos de ellos destinados a nuevas fábricas de vehículos eléctricos y baterías en construcción.
Sin embargo, la demanda de robots parece haberse ralentizado a finales de año, lo que plantea interrogantes sobre la fortaleza de 2023 ante los cambios en los patrones de consumo de los hogares y la subida de los tipos de interés, diseñada por los bancos centrales para controlar los elevados niveles actuales de inflación.
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