Estamos cada vez más inmersos en la cultura de la inmediatez donde nuestros deseos deben ser satisfechos en instantes. No sabemos si la tecnología nos ha orillado a esto o sólo despertó los monstruos que en nosotros dormían. Lo cierto es que cada día queremos todo más rápido, vivimos más de prisa y pocas veces nos detenemos a apreciar lo realmente importante de las cosas o de la vida misma. Y obviamente, como era de esperarse, esto comienza a pasarnos factura en temas de estrés y salud mental.
¿Hasta dónde parará esto? Seguro te sientes identificada o identificado en esto que planteo porque aplica a varios ámbitos de nuestra vida cotidiana en la que vamos corriendo aunque no sepamos el destino ni nos cuestionemos el porqué. Bueno, pues lo mismo está pasando con la logística a nivel mundial. Te platico:
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